jueves, 20 de diciembre de 2012

Alboroque

Antes las ventas o los tratos se apalabraban; bastaba la palabra de los implicados para que se dieran por cerrados. Para celebrarlo, se tenía por costumbre que el comprador, el vendedor o ambos convidaran a quienes habían intervenido en señal de agradecimiento. Este agasajo recibe el nombre de alboroque, palabra que procede del árabe hispánico *alborók. También se conoce como robla o robra.

El Diccionario de la lengua española, 22ª edición, 2001) registra la palabra con los siguientes significados: 1. m. Agasajo que hacen el comprador, el vendedor, o ambos, a quienes intervienen en una venta. 2. m. Regalo o convite que se hace para recompensar un servicio o por cualquier motivo de alegría.

Aunque los tratos siguen celebrándose, esta palabra prácticamente ha desaparecido del acervo común, aunque nos queda en el nombre de un restaurante (El alboroque) en Portillo (Valladolid).

Pagar la cantarada

Antes en los pueblos era costumbre que un mozo forastero que pretendía cortejar o pedir la mano de una joven del pueblo obsequiara con vino a los mozos. Esta costumbre, hoy en desuso, se conocía como pagar la cantarada y la cantidad de vino variaba según las zonas. En unas era un cántaro, que, como se sabe, es medida para vino con diferente cabida según las regiones. En otras el pago consistía en una cántara, una medida exacta de capacidad para líquidos que equivale a 16,13 litros. El momento del obsequio tampoco estaba del todo fijado: en unos pueblos se pagaba la cantarada cuando el forastero pretendía hablar a solas por primera vez con la joven a través de la reja o a la puerta de su casa; en otros, cuando tenía intención de cortejarla; en otros, cuando iba a pedirla en matrimonio; en otros era una manera de hacer pública la relación y de que fueran considerados novios; y en otros este pago se realizaba cuando ya se habían casado. Si el forastero no cumplía pagando lo estipulado por los mozos del pueblo, estos preparaban una cencerrada con cuernos, cencerros y otros objetos para burlarse de la pareja.
 
La cantarada se conoce también como bodín, botifuera, rufadera, derecho, cuartillada, patente y piso. Solo estos dos últimos términos aparecen registrados en la 22ª edición del Diccionario académico con la acepción de 'convite que ha de pagar a los mozos del pueblo el forastero que corteja a una joven'. Cuartillada no aparece registrado, pero está muy en relación con cantarada. La cuartilla (no el cuartillo, que equivale a aproximadamente medio litro) es una medida de capacidad para líquidos equivalente a la cuarta parte de la cántara.

martes, 18 de diciembre de 2012

La sumiller

Del francés sommelier procede sumiller (plural sumilleres), que designa a la persona encargada de la bodega y del servicio de vinos y licores en los grandes restaurantes. La RAE rechaza tanto el vocablo francés (sommelier) como la adaptación somelier (que aparece registrada en el corpus académico CREA en tres ocasiones).

A propósito de este vocablo, es relevante señalar que la RAE (en el Diccionario panhispánico de dudas, publicado en 2005) lo considera como común en cuanto al género, frente a la 22ª edición del Diccionario de la lengua española de la RAE (2001), que lo registra como masculino. Esta información (evidentemente contradictoria, que para algunos puede pasar desapercibida) supone una evolución en el tratamiento de los nombres que designan personas o actividades desempeñadas por estas. Si observan atentamente, en la edición en línea del Diccionario de la lengua española aparece la etiqueta artículo enmendado bajo la entrada sumiller; al clicar en dicha etiqueta puede verse la enmienda (un avance de la trigésima tercera edición, que se publicará, según estimaciones, en 2014), que consiste fundamentalmente en que consta como común en cuanto al género.

Hoy ya nadie puede poner en duda que esta profesión es ejercida tanto por hombres como por mujeres. Por eso, al referirse a la mujer que desempeña esta actividad, lo apropiado es decir la sumiller (y no *el sumiller ni *la sumillera).

Chacolí

Para la voz tomada del euskera txacolín, que designa el vino aromático de sabor ácido y poca graduación que se elabora en el País Vasco, en Cantabria y en Chile con una variedad de uva poco dulce típica de esos lugares, la RAE propone la adaptación chacolí. Su plural es chacolís (y no *chacolíes).

La tilde en 'solo'

La palabra solo pertenece a la clase de los adjetivos, a la de los adverbios y a la de los sustantivos. Cuando funciona como adjetivo, tiene variación de género y número (Vino solo a la fiesta, pero se divirtió mucho; Había una casa sola en la montaña; La casa tiene un solo cuarto de baño; No me queda ni una sola moneda en el bolsillo); por tanto, solamente podría plantear problemas la forma masculina singular del adjetivo.

Como adverbio, es forma invariable y se utiliza para cuantificar oraciones o sintagmas e indica que no se incluye ninguna otra cosa además de la que se expresa. Es equivalente a solamente o únicamente (Tiene solo un hermano; Solo quería hablar por teléfono).

Como sustantivo de género masculino, designa una composición musical o una parte de ella que es cantada o interpretada por una sola persona (El concierto comienza con un solo de piano) y un paso de baile que se ejecuta sin pareja (El primer bailarín de la compañía interpretó un solo poco antes de terminar la función).

Con independencia de su función, según las reglas generales de acentuación gráfica del español, debe escribirse sin tilde puesto que es una palabra llana que termina en vocal.

Solamente en casos de ambigüedad, es decir, cuando en un enunciado la palabra solo pueda entenderse como adverbio o como adjetivo, llevará tilde diacrítica en su uso adverbial. Son ejemplos de enunciados ambiguos: Trabaja solo en este proyecto; Se quedó solo diez minutos; o Estaré solo un mes. Sin tilde, solo se interpreta como adjetivo y es equivalente a sin compañía; con tilde, se interpreta como adverbio y es sustituible por solamente.

Muchos hablantes, para curarse en salud, colocan por sistema el acento gráfico en el adverbio para distinguirlo del adjetivo. Se trata de un uso bastante extendido que no se atiene a las normas ortográficas vigentes.

Los demostrativos y la tilde

Las formas este, ese, aquel (con sus femeninos y sus plurales) pueden funcionar como adjetivos –cuando modifican a un sustantivo– (Este trabajo es muy bueno; ¡Caramba con los niños esos!) o como pronombres –cuando funcionan en lugar de un sustantivo– (Llegaron nuevos alumnos, pero estos no eran tan buenos como los anteriores; Quiero dos de aquellas).

Independientemente de si son adjetivos o pronombres y a la luz de las reglas de acentuación gráfica del español (aquel es palabra aguda terminada en consonante distinta de n o s y los demás demostrativos son palabras llanas terminadas en vocal o en s), no deben llevar tilde.

No obstante, si en un enunciado el demostrativo admite las dos interpretaciones (como pronombre y como adjetivo), llevará tilde diacrítica en su uso pronominal para deshacer la ambigüedad.

En los enunciados ¿Dónde encontraron esos documentos secretos? y ¿Por qué compraron aquellos libros usados?, escritos sin tilde, habrá que interpretar como adjetivos esos (que modifica a documentos) y aquellos (que modifica a libros). Si el sujeto de la oración es esos y aquellos, entonces funcionan como pronombres y deben llevar tilde.

Las formas neutras de los demostrativos (esto, eso, aquello) no llevan tilde porque únicamente pueden funcionar como pronombres; por tanto, no existe riesgo de ambigüedad.

No es raro que en algunos escritos, obviando las normas ortográficas actuales,  aparezca con tilde el pronombre y sin ella el adjetivo. Pero la regla es bien clara: los pronombres demostrativos no deben llevar tilde cuando no exista riesgo de ambigüedad en su interpretación. Desde aquí quiero transmitir a los usuarios de la lengua que un código tan ampliamente consensuado merece, cuando menos, respeto y acatamiento.

Grosso modo

Grosso modo –pronunciado [gróso módo]– significa 'de un modo aproximado o general y sin entrar en detalles' o 'a grandes rasgos'. En el uso es frecuente la anteposición de la preposición a (*a grosso modo) e incluso la escritura con una sola ese (*groso modo / *a groso modo). Ambos usos son incorrectos.

Statu quo

Con la expresión latina statu quo (literalmente 'en el estado en que') se hace referencia al estado o situación de ciertas cosas, como la economía, las relaciones sociales o la cultura, en un momento determinado. Se pronuncia [estátu kuó] y no [estátu kúo]. *Status quo es forma incorrecta.

sábado, 15 de diciembre de 2012

Formas incorrectas del verbo 'doler'

Son incorrectas las formas *doldrá y *doldrán (tercera persona de singular y de plural, respectivamente, del futuro simple del verbo doler), así como *doldría y *doldrían (del condicional simple del mismo verbo). Las formas correctas correspondientes son dolerá, dolerán, dolería y dolerían.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Adición de -s en la segunda persona de singular

Un error bastante generalizado en el habla es la adición de -s en la segunda persona de singular del pretérito perfecto simple (tal vez para algunos todavía pretérito indefinido). Ejemplos del tipo *dijistes, *salistes, *fuistes, *cenastes, etc., que se deslizan en muchas conversaciones, son formas incorrectas. Las formas correctas son dijiste, saliste, fuiste y cenaste.